domingo, 8 de marzo de 2009

Luciano Napolitano

No soy el hijo de Pappo, sino de María Gloria Heredia y de Norberto Napolitano, dice Luciano con la misma voz de lija que su padre. Tiene 22 años, ojos verdes y pelo largo, castaño y lacio. Hace tres años armó su primer grupo, El 25, a puro funk pesado. Hoy, mandato paterno o vaya uno a saber qué, tiene su propia banda de heavy metal, que se llama Lovorne. El nombre me lo dio mi viejo, pero era Los Bornes, y lo adapté a como hablo yo. De la otra manera sonaba muy normal.Para no faltar a su primer entrevista anotó la cita en la pared de su casa. No tiene agenda: anota las cosas en la pared y en la mesa. De cualquier modo, es la primera vez que toma nota de algo semejante porque, hasta aquí, jamás había accedido a tener contacto con la prensa. Mil veces me ofrecieron hacer notas, inclusive me ofrecían plata, pero nunca me cabió salir en las revistas. Eso lo dejo más para mi papá. Una vez me llamaron de Susana Giménez, por supuesto que para hablar boludeces, cuenta entre sorbos de cerveza mientras avisa que tiene el cierre del pantalón abierto porque está roto y no por otro motivo.Nació en la Capital Federal, pero siempre vivió en el Tigre. Estudió en un colegio industrial y se recibió de electricista. De vez en cuando, arregla autos o hace alguna instalación eléctrica. Trabaja desde chico, pero no por necesidad sino porque quería irse de su casa. Mi casa es un templo. Vivo con mi abuela, mi tía y mi mamá. También con mi perro doberman que se llama Zeus. Le quería poner Boco (en alusión a Baco), como el Dios del vino, pero mi vieja no me dejó. No quiere que tome. Una cosa es ser borracho y otra es tomar una cerveza por hora, dice, y lanza una enorme carcajada claramente heredada de ya sabemos quién.Creo que tenía 9 años cuando mi viejo volvió de Estados Unidos y apareció por mi casa. Pero recién a los 12 tomé conciencia de que era mi papá. Para mi era un chabón que venía y yo no sabía de qué hablar..., dice quien ahora vive mitad en cada casa. Al rato, cuenta que su abuelo, Carlos Napolitano, era el más pesado del barrio. Los cagó a trompadas a todos. Las piñas son un gen de familia.Cuando empecé a tocar lo hacía encanutado, para no pasar verguenza, confiesa. Aprendió a tocar con los discos de Riff y AC/DC, pero recién se decidió a armar su banda después de ver un video de Ozzy Osbourne. Hace 4 años que se colgó una guitarra. Primero tuvo un bajo hasta que el Carpo le regaló la viola. Al bajo lo prendí fuego porque tenía mala onda. Sé detectar las energías bajas. Ya quemé una cámara de fotos y una video casetera y no me como ni media si tengo que echar a alguien por la misma causa, amenaza Napolitano chico.En Lovorne son cuatro integrantes más un chofer, un jefe de escenario y dos agentes de prensa. Queremos grabar independientemente y después mi viejo conseguirá un sello, garantiza.Amores tengo mil por hora. Siempre fui muy rebelde. Yo me crié en la calle, dice y aclara que pronto se mudará a un terreno en Villa La Ñata. Allí viviré entre chatarras y dormiré adentro de un auto, profetiza mientras muestra la punta del mango de su guitarra donde tiene pintado al diablo. Antes tenía un triple 6, pero lo saqué porque la gente se asustaba. También tiene otra guitarra que le robó a su viejo, pero esa sólo la uso cuando voy al baño. Tenía un Falcon que le regaló el padre, pero lo chocó. Ahora tiene un Volkswagen semidestruido. Yo uso los fierros, no dejo que me usen, sentencia.


1 comentario:

  1. Digno hijo de su padre.!!
    AGUANTE LOVORNE!!
    Pappo vive en los corazones de sus fans.--
    saludetes carpoticos----Ruty----

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